Se predece que, este fin de semana, las temperaturas alcanzarían... ¡cien grados o más! Ahora bien, es bueno para los tomates y los pepinos, pero para los humanos... no tan bueno.
Sin embargo, disfruto del verano. ¿Quién puede quejarse, especialmente aquí en Oregon, donde el verano es la recompensa para aguantando el invierno largo, con los cielos grises que nunca terminan?
No, no, amigos. Es mejor que nosotros ralentizaríamos, nos relajamos. Permite el sol su reinado. El sueño no es fácil, cuando hace mucho calor, quizás. Pero, yo afirmo que es mejor que el inverso. Es que el invierno, mientras es necesario y inevitable, parece más como el muerte. ¡El verano es la vida!
Nosotros hemos dormido, amigos. Ahora, nos vamos a vivir.
(Perdóneme por favor para mi español malo.)
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