Ahora, cuando los racistas más odiosos (como Tom Tancredo) han sido obligados para retirar del concurso para el nombramiento republicano, los contendientes restantes deben modificar sus mensajes sobre la inmigración. Por un lado, ellos deben acallar el base del partido por continuando crecer el temor de los hispanos. Por otro lado, ellos no pueden enajenar un bloque de votantes que crece cada día.
Como yo he dicho muchas veces: ellos están en un dilema de sus propias cosechas. La hipocresía es ambos repugnante e hilarante.
Considere estos:
- Rudy Giuliani dice en el recorrido electoral: "El resultado final sobre a llegando a ser un ciudadano de los EEUU es que se debe leer el inglés, escribir el inglés, y hablar el inglés si se quisiera ser un ciudadano." Y no más que una semana después, su campaña publicó un anuncio en español en Florida, donde los inmigrantes cubanos son muy poderosos.
- Mitt Romney recomenda que hacer el inglés como el idioma funcionario de los EEUU. Pero aparentemente, el no puede mirar la contradicción en comprando anuncios en español cuando hay votes para ganar.
Los otros candidatos republicanos parecen tener integridad (con este asunto, por lo menos), especialmente Ron Paul, lo quien que ha recomendado que acabar el embargo entre Cuba y los EEUU. Imagino que John McCain quisiera decir poquito del asunto. Ya, el base racista de su partido no le confia, pero él sabe, más que los otros candidatos, que el futuro de sus partido depende en su abilidad a ganar los votos de hispanos.
Bien, un día en el futuro, quizás pronto, el partido republicano necesitará dirigir el asunto de como acomodar la población hispana en los EEUU. Ellos no pueden parar el crecimiento. No cerca ni ley puede parar la migración demográfica que ocurre. Mientras tanto, gozamos mirar el espectáculo de hipócritas bailando como tontos. Detrás de sus caras sonrientes estan confundidos y estan asustados.
¡Bailad, tontos! ¡Bailad!
(Perdóneme por favor para mi español malo.)
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